Las pupilas se dilatan, y se caracterizan y tornan los ojos en felinos y coquetos.
El corazón late de una manera diferente, y las sensaciones se convierten en mayores regalos y tesoros.
Las manos tienen ansias de tocar y acariciar, y se convierten en plumas de colores, que transforman la piel en terciopelo blanco y anaranjado.
El aire se transforma en pegajoso, y hasta el olor es diferente.
Las hormonas te tienen donde quieres estar, y el sudor no te deja de salir por los poros.
Los labios tienen deseos de besar y besar, y así lo hacen, recorriendo cada centímetro de la geografía corporal.
El cabello roza la cara, la espalda, llega hasta el comienzo de la cadera, y esto hace que se convierta en tierno y salvaje a la par.
Vuelas cuando perteneces al momento...
Las manos... Las manos... Las manos...
De la ternura y la calidez, al desenfreno y violencia deseado.
De la pasión y el amor, a la fuerza y caos.
De la excitación, al deseo de poseerlo.
Del deseo de poseerlo, a tenerlo en la incongruencia de las vastas sensaciones.
Caricias y más caricias...
Besos y más besos...
Orgasmo y amor...
viernes, 29 de octubre de 2010
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Buenísimo! Genial escrito para iniciar el fin de semana.
ResponderEliminarel fin de semana yo lo aplique todos los dias
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