Una gran fiesta sorpresa recibí, además de todas las emociones que ya había vivido en la madrugada! Y me impactó ver a las personas que allí estaban, con la sonrisa en la cara, y las ganas de impresionarme...
Y me dieron ganas de ser muy bajita, porque hasta me ruboricé, y no sabía cómo tenía que comportarme, porque lo cierto es que no sabía que iba a ser tan bonito.
Alguna sospecha de que algo fuera de lo común iba a ocurrir durante la cena que todos habíamos planificado, pero el resultado de ésta fue algo que me desarmó, y me desconcertó a la par...
Increíble mezcla de sensaciones fuera de lo común.
Indescriptible sonrojo que puse en la faz de mi cara...
Y no necesitaba nada más. Mis seres queridos estaban presentes, y querían y habían logrado, sorprenderme con muchas cosas diversas...
Muchos farolillos de luz, iluminaban timidamente un puentecito que corría su camino hacia una plataforma de colores naranjas y morados, mis preferidos. Lleno de globos y alegría.
No faltaron las sonrisas y las ganas de disfrutar de cada segundo que estábamos celebrando.
Mis ojos inigualaban lo que antes no había visto. Un altar de ceremonia alegre y bella.
Rodeada de un abismo maravilloso e inquietante, a la par que desconcertante.
No sé actuar bajo ninguna marioneta, y me precipito no saber, al desconocimiento cuando algo me sorprende de esa manera tan peculiar...
A lo lejos, la tímida sonrisa de alguien que estaba dispuesto a complacerme, como los demás, pero que no me conoce todavía, aunque trata.
Muchos fueron los detalles a destacar en esa noche del sábado. Muchos recuerdos inolvidables, como todo el fin de semana que me dejó perpleja y llena de entusiasmo por la vida, por lo maravillosa que es a pesar de nuestro día a día.
Ruegos hacia el cielo para que las horas no pasaran tan deprisa como lo estaban haciendo...
Y una magia habitaba entre todos. Y las sonrisas no se borraban. Y ese recuerdo nadie podrá borrarlo, ni siquiera la muerte, porque hay cosas que perduran, que viven a pesar de lo que ocurra, a pesar de lo que creamos que pueda pasar...
Una noche mágica y divina, a la par que mística... Y con un final que es indescriptible, rodeada por los brazos de quien deseas, y con las ansias de que nunca acabe nada de lo que estás viviendo porque es demasiado precioso como para acordarte de cualquier otra sensación que hayas vivido.
Y es que cada cosa, cada vivencia, cada oportunidad de sentir tan fuerte como esa noche, sólo se vive una vez! Y hay que disfrutarla en el momento, y recordarla, incluso si se te llenan los ojos de lágrimas por la felicidad de haberla vivido...
Gracias! Estefanía, Cristina, Luisjo, Emiliano, Antonio, Elena, Omar, Aída, y todos aquellos que participaron en algo que me dejó de piedra... De piedra...
Gracias porque la vida es tan linda... Y estas cosas, son las que hacen que los malos momentos, no tengan cabida!
