martes, 15 de mayo de 2018

ESCONDIDAS



Como por arte de magia mis sombras están desparecidas, o escondidas...
Esas sombras que tanto apego cogí cuando descubrí, ya no las siento...
Es como si se hubieran aburrido de mí y de mis situaciones. A la par que mis sombras, mi libido más salvaje. Mi lado felino y más pícaro estará con ellas, escondidos en algún recóndito lugar de mi interior mas profundo.
Y muy probablemente sea porque no quieren jugar conmigo al mismo juego que deseo...
Perdidas, escondidas, desaparecidas...
Me siento como sentada en una balanza en la que tengo que elegir entre ser inagotablemente salvaje y dejarlas salir a su antojo, o estar tranquila como ahora, y ni siquiera pensar en ellas.
Mi tranquilidad me sosiega, al contrario que mis sombras, que me desatan...
Cierto es que el maestro adecuado no está, no lo veo, ni lo encuentro, ni lo busco. Y es por ello que quizá estén desaparecidas.
Estará en mí en que vuelvan a resurgir? o quizá se queden latentes para siempre? De cualquier manera son mías, pero no me pertenecen... Sólo volverán a ver La Luz cuando nos crucemos en un estado propicio para engullir pasiones sin freno, cuando las miradas infinitas y sabias, repletas de enardecimiento, se reconozcan entre ellas, entonces cuando entre mi cuerpo y el de él no haya ni un milímetro de espacio y no quepa vergüenza y sólo haya lugar para el desarrollo, sólo entonces será cuando reaparezcan ellas... estoy segura.
Las extraño... Me gustó compartir con ellas caricias y alientos cercanos. Me gustó saborear el lado mas inquietante y apetecible. Me gustó no saber qué ocurriría al segundo siguiente y ese descontrol que deja tu alma en la profunda sumisión.
Esos cambios de temperatura físicos, que me abrían las puertas del cielo, y del infierno... Absoluto calor y frío, absoluta humedad y voracidad... Hambre descontrolada...
Ellas me empujaban a ser tan fuerte y a la vez a ser tan frágil y curiosa, que no sé cómo he estado viviendo sin ellas. Y hoy especialmente me acuerdo de esos momentos irrepetibles en los que me desataba y ataba a la vez, sólo con la mente... Increíble...
Están escondidas y tengo la incertidumbre de si volverán o no...
A veces pienso si hubiera sido mejor vivir en la ignorancia, porque aunque ellas estaban en mí, no las conocía, y después de hacerlo, las querría a mi lado... Pero están escondidas  y para que saliesen de nuevo, para vivirlas de nuevo, tendría que ver, con ojos de deseo, al maestro que fuera valiente para resucitarlas...



domingo, 29 de abril de 2018

PUZZLE



Definitivamente, la vida es un puzzle.
Tienes todas las piezas, las tienes desde que naces, no falta una sola, las tienes todas.
A medida que va transcurriendo el tiempo, los acontecimientos, debes saber posicionarlas en el lugar que le corresponden para poder continuar con él, de lo contrario, desencaja el arte por completo, y no cuadra nada. Tienes que empezar desde el principio.
Algunos tenemos la sensación constante de que la vida nos repite lecciones, o que caemos en los mismos errores o las mismas vivencias. Correcto, es la pieza desencajada la que manda. Así, repites, repites y repites hasta que queda todo como debe. No falla.
Las piezas del puzzle no tienen numeración, ni hay forma alguna de saber exactamente cómo deben ir situadas, sólo la astucia, la estrategia, la habilidad y la supervivencia te darán las pistas necesarias para que el arte salga como está planificado.
No se trata de destino... Se trata de vivir lo que es mejor para tu propio aprendizaje, de conocer lecciones que son importantes, de solventar y aprender... El destino no está escrito, el destino es el movimiento de las piezas que tú creas conveniente. Pero las piezas están ahí, y son las que tienes. Has de saber jugar con ellas según te convenga, pero cuidado! quizá tu deseo haga que desencajen las demás y tendrás que empezar de nuevo. 
La vida es un juego, y como tal, tiene sus reglas... Reglas que, normalmente no sabemos. Y lo irónico es eso, que tus deseos son órdenes... Y como un mago, obedece a tus peticiones... Sólo ten cuidado con lo que deseas, porque si es realmente lo que quieres, ocurrirá, y quizá, sólo quizá, no sea la pieza indicada... Y vuelta a empezar... Todo desencaja hasta que des con la realidad de tu puzzle.
No mendigues nada que no sea facil... Lo complicado se transforma en una pieza que no encaja, aunque tú creas que es así... De ahí las desilusiones, las tensiones y las situaciones incómodas. La pieza no encaja, tu puzzle te lo avisa. Distinto es que no quieras sentirlo porque no lo creas, pero ahí está la señal.
La realidad es que las piezas encajan... Si sabes colocarlas como debes. Y es por ello que tenemos las sensaciones de que cuanto más fácil nos resulta algo, más felices nos sentimos... Es la pieza adecuada la que encaja...
Facil? Complicado? 




lunes, 22 de enero de 2018

DESFORTUNIOS AFORTUNADOS


Hay desfortunios que resultan ser afortunados.
Cuando el amor que te atraviesa el pecho, el alma y todo tu ser, se transforma en dependencia, arraigo, esclavitud, sumisión, manipulación...  puedes pasar a ser presa. Presa de ti misma, y presa del verdugo.
Cuando el amor hace que tu único objetivo sea cuidar de tu amado, y olvidarte del resto, incluyéndote a ti misma, entonces el desfortunio se instala en ti... Y lo irónico es que para ti es lo más afortunado, porque no sabes, no te das cuenta que estas secuestrada por tu nivel emocional... Por tu dependencia emocional, afectiva... No lo ves...
Cuando tu amor es tan grande que nunca te abandona la feniletilamina, y todo acto con maldad que te hagan se vuelve perdonable, estás envuelta en un desfortunio... 
Todo es perdonable cuando sientes que sin él no será posible vivir... Porque ėl te ha convencido de eso. De eso y de todo lo que quiera hacerte creer que eres. Desfortunio.
Si tu amor es tan grande que sientes miedo de que se enfade, y evitas ser quien eres, solo para que sienta comodidad y no se vaya... Desfortunio.
Cuando el corazón empieza a palpitar mucho más fuerte y rotundo cuando no sabes qué pasará ese día, mucho más acelerado que cuando te besa, y son pocas las veces... Desfortunio.
Si tus actos habituales son censurados y prohibidos a base de golpes, y sigues queriendo estar a su lado... Desfortunio.
Si tus lágrimas son mayoritarias a tus sonrisas... 
Cuando las agresiones verbales ganan a los abrazos y a los gestos de amor...
Si el sexo tiene que estar presente a diario aunque no sea tu apetencia...
Si tus detalles diarios de amor no son vistos, no son valorados...
Si tu trabajo es la esclavitud doméstica...
Si tu mundo no existe más que en sus ojos, porque él te ha tatuado la venda...
Si ese amor tan grande que sientes no te deja respirar porque te falta el aire...
Si el aire que respiras solo puede saber a él...
Si te sientes desdibujada, desarraigada de cualquier valor o pensamiento antes tuyo...
Desfortunio... 
Desfortunio...
Desfortunio...
Cuando te das cuenta de que vives en las sombras, en las sombras desafortunadas de un amor que solo es de una vía, solo entonces podrás salir de ellas. Solo entonces...
Tu mirada verá más allá... De repente habrá un resplandor iluminador, que hará que ese desfortunio se transforme en futuro afortunado...
Y podrás pasar al desfortunio afortunado... Porque estar en las sombras que elijas, no tienen porque convertirse en las sombras que quieran proyectar en ti...