martes, 6 de marzo de 2012

CUAL HURACÁN


Me siento como si un huracán hubiera pasado por mi vida, y tras éste, llega la calma, pero con demasiados destrozos... Lo hay psicológicos, los hay físicos, y los hay de varios niveles, dependiendo de dónde quiera observarlos.

Y después de su paso, llegó la calma, sí. Lástima que una calma que deja mucho cansancio, y mucha carga emocional, además de otras cosas, otras motivaciones.

Siento un cansancio acumulado que el descanso sobre una cama, y durante varias horas, no apacigua, no se nota, ni se palpa.

Quizá necesite una vacaciones que me alejen de mis propios pensamientos, porque facilmente entiendo que el huracán dejó secuelas en mi interior, quizá mayores de las que quisiera o creería jamás.

Quizá alejarme de mí misma, y apoyarme en conocer nueva gente, o aventurarme más con la ya conocida, me disipen un poco, y podamos compartir los huracanes que cada uno vive.

Paso el huracán, y dejó secuelas que no eran necesarias.

Es probable que mi paso por este planeta estuviera ya predestinado directamente a vivir los acontecido, y gracias a estas ruinas, me convierta en lo que seré manana, no lo dudo. Y lo cierto es que me dejó tan cansada, que ni fuerzas poseo para ver ese lado positivo que toda oscuridad tiene para ver, esa luz detrás del laberinto de lo negro.

Emocionalmente dejó trastorno, y físicamente, dejó cansancio y grandes pensamientos sobre la ironía de la vida. Lo material es recuperable, y no me preocupa, aunque en ocasiones puede llegar a atemorizar...

Siento cierto desapego con todo lo que hace que me pueda sentir vulnerable o con mala vibración, y sucede que los huracanes que nos corresponden no son evitables, y es por ello que uno tiene que vivirlos, dejar que destruyan lo que tienen que destrozar, para después reconstruir uno mismo aquello que cree merece la pena. Los cambios que son obligados, sin más. Uno no los hace por voluntad propia, y ahí mismo llega la vida a ponertelo así, para que lo hagas, digamos, a la fuerza.

Es por ello que hay que aceptarlos como vengan, aunque sea difícil de creer...

Mi propio huracán me tiene abatida en este momento, y sé que voy a necesitar un tiempo para recuperarme, al igual que sé que, una vez que lo haya hecho, será positivo, porque habré aprendido una nueva y buena lección de la vida... O varias!

1 comentario:

  1. Hola, amiga. Sé a lo que te refieres. Yo, me he alejado del ciberespacio para realizar otros asuntos más "materiales" (proyectos, locuras, trabajos, etc) y compartir mas con mis seres queridos. Creo, que me estoy poniendo "viejo". Valoro cada segundo cada día más.

    No te preocupes por las "cosas" de la vida. Disfruta lo bueno y deja que lo "malo" sea una experiencia positiva. Valora cada sonrisa y recuerda cada lagrima como lo que es: un sentimiento. Levanta la cabeza y dale una buena pelea a la vida... al final, te darás cuenta de que las oportunidades siempre estarán ahí: la cuestión es, que deberás aprender a equilibrar la esperanza con la experiencia. Suerte.

    Por cierto, las vacaciones son excelentes. Pero sacar un rato diario de paz es aún mejor. :)

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