El pasado Sábado esparcimos tus cenizas por la playa de Rincón... Fué ahí cuando realmente tomé conciencia, me creí, la verdad... Que ya no estarás jamás a mi lado. Fué ahí cuando me percaté de verdad de que ya será mi verdad por el resto de mi vida.
Te he llorado, me he entristecido, pero todavía no quería, no podía creerlo... Ahora sé que es así...
Me sentí bien al esparcirte en el aire...
Tomé con las dos manos un gran punado... La textura de lo que fuiste cremado me resultó algo rara... Me besé las manos con fuerza, con gran AMOR, y me alejé de Mami y de Nikolás, quería despedirme sola... Hacía 24 meses que no te tocaba, y quería hacerlo por última vez, en la intimidad, y sin nadie que me dijera nada... Así fué. Te toqué, te besé y hasta pude sentirte... Cuando te solté al aire, y te arrojé al maravilloso mar transparente, una gran parte tuya se quiso pegar a mi piel... A pesar de que el aire brillaba por su ausencia, y te había arrojado lejos, te pegaste a mi piel, como dándome el mensaje de que estarás siempre conmigo, así lo percibí... Así será...
Te dejé marchar con grandes lágrimas en los ojos, y con la esperanza de que te guste estar allí, en el paraíso que nunca conociste... En un lugar donde la paz es la reina de las maravillas, en donde podrás estar a tu antojo, jugando con el viento, con los delfines, o con lo que te plazca... Allí mismo te solté físicamente... Allí mismo me desperté de la gran duda... No estarás en el plano que yo deseo, pero estás, existes! Has sido demasiado importante y grande como para que tu energía se haya ido... Sólo tu cuerpo y tu cansancio por esta vida nos han abandonado... Sólo eso!
Todo mar profundo guarda un misterio dentro de su reflejo que a las estrellas sirve de espejo. Ampárate en la oscuridad con tus botines en la mano, y de la playa con su piso de nácar. Susúrrale a la fábula el comienzo de los amores imposibles y te contará con lágrimas de arena recuerdos que arrastran a la bruma desde los arrecifes más abruptos a las aguas más calmadas, y de personas que no ocuparon lugar alguno en la tierra.
ResponderEliminarDe una mujer que solía refugiarse en la playa desolada, acurrucada junto a una roca, aun cuando la noche blandía el agua pues no había mayor deleite para ella que contemplar cielo y mar. Nadie imaginaba que estaba enamorada de una estrella. La gente pensó que estaba embrujada, que había perdido la razón. Un hechicero imploró a un espíritu que vivía dentro de una botella varada, una solución. Así, esa noche la mujer volvió al mar en busca de la estrella. Al descubrirla brillante, en medio del azul eterno, deseó fervientemente que nunca terminara la noche. De pronto, contempló cómo su estrella se desprendía del cielo atravesándolo y cayendo al mar. La mujer se arrojó al agua para rescatarla, pero se ahogó. Sobre el lecho quedó inmóvil, los brazos abiertos en cruz y las hermosas piernas extendidas. La diosa del mar al contemplarla se conmovió. Fue a su lado y posó sus manos sobre el cuerpo inerte de la mujer, convirtiéndola al instante en una bella estrella de mar. Allí en el mundo sin voz, contemplaría las tragedias de las esmeraldas líquidas, espiando al hombre, a través del mar.
Tu hermano se enamoró de una estrella de mar, y así vivió, abismado en la tierra. Hasta el día de hoy, que de tu mano, para él, otra estrella caída del cielo, atravesó el aire, para viajar entre tierra y mar, entre tú y ella, sus amores imposibles.
Uf!... Una maravilla tu escrito... Una auténtica maravilla!
ResponderEliminarPrecioso Haydee!!! Un besazo inmenso!!
ResponderEliminarSoy Kika.
Qué bonito Haydée... Un beso muy fuerte y ánimo para toda la familia.
ResponderEliminar