jueves, 18 de abril de 2013

RELACIONES

No pocas veces hemos dicho y sentido, lo difícil o complicado que es tener y mantener una relación...
La realidad es que estamos absolutamente equivocados. No es tan difícil, es simplemente la forma en la que creemos tener o poseer una relación, lo que es erróneo...
Principalmente cabría explicar la diferencia entre "tener" una relación, o RELACIONARSE.
Desde esta tímida frase podemos sacar mucho jugo, y empezar a estudiar nuestro comportamiento en base a   ella, pues nos servirá de mucho meditarlo y ver de qué manera podemos obtener partido para sacar lo mejor de nosotros.
Relacionarse de cualquier manera es maravilloso. Nos nutre, nos invade, nos hace sentir, nos penetra... Reímos, lloramos, cantamos... Nos preocupamos, nos ocupamos, nos desarraigamos... Tantos sentimientos... Relacionarse es parte de nosotros y como tal, debemos refinar nuestro propio arte para, cada día, poder hacerlo de la manera que mejor nos parezca, es decir, de la nuestra, que siempre es única y especial.
No son pocas las personas que piensan que simplemente por nacer e ir a la escuela ya tienen la capacidad para tener positivas y fructíferas relaciones. Ésto, como tantas cosas en la vida, hay que aprenderlas también... Es un arte, una manera...
Nuestras primeras relaciones siempre son más apegadas, pues normalmente son las que tendremos con la familia que nos cría, y de estas personas atrapamos muchos de nuestros patrones de comportamiento. 
Lo mejor que podremos hacer es aprender todo lo que podamos de ello, y comenzar a fomentar una actitud positiva para comenzar a relacionarnos con las personas...
Cuando comienzan nuestras relaciones de pareja, no dejemos escapar cada detalle de nuestro comportamiento, y tratemos de pasar por alto el comportamiento del otro. Pues la realidad es que somos nosotros los que decidimos si queremos seguir en ella o no... Es independiente la actitud. Es responsabilidad de cada uno quedarse en algo que nos gusta o quedarse en algo que "nos hace daño".
Aprendamos pues, y fundamentalmente, que no es lo mismo tener una relación que relacionarse...
La diferencia radica, básicamente en que si crees que tienes una relación, entonces inconscientemente tienes una especie de cárcel para realizar lo que deseas... Como si nos diera miedo "perder" a la otra persona por tener necesidades diferentes. En cambio, cuando te relacionas libremente, y dejas ser, éstas suelen ser suaves, sin presiones, y por supuesto con una comunicación mucho más íntima.
Es increíble cómo puede cambiar una misma situación, simplemente por cambiarle un nombre.
Y es que las personas estamos demasiado obsesionadas con ponerle nombre a todo tipo de relaciones que tenemos, a todo tipo de situaciones... Y entiendo, estamos un poco perdidos...
Busquemos, pues, el equilibrio que nos convenga a nosotros, concretamente, y no dejemos, sobre todas las cosas, de amar a las personas que queremos... No dejemos de demostrarles, aunque sea un poco cada día, lo importantes y valiosas que son... Al que no le guste, seguro se alejará de tu vida, y eso... eso no es responsabilidad tuya, si no exclusivamente de la persona que toma su propia decisión...

1 comentario:

  1. el fuego qeu nace de tus letras es tan fuerte como el de tus ojos un abraso enorme y toda la suerte de el mundo felicidadez....
    att ronald duverge

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