sábado, 23 de septiembre de 2017

FANTASEANDO



Dejo que el agua se divierta con mi cuerpo, mientras la espuma se posa sobre mi piel, y mi soledad sonríe al saberse divertida.
No se me ocurre mejor momento del día que el amanecer para resbalar mis propios deseos y ahogarlos en agua. 
Agua, espuma, mi piel y mis manos.
El momento de silencio y relajación se ven interrumpidos por mi apetito, y me dejo llevar...
Mis manos recorren cada punto estratégico de mi piel para hacerme sentir placer, abundante placer. Y el agua se divierte conmigo, como la espuma, que ya está por debajo de mi piel, pidiéndome a gritos que no la interrumpa.
Tengo ánimos para pasar horas con mis sensaciones y mis pulsaciones, por momentos más aceleradas...
Mi respiración es intensa, los escalofríos recorren cada centímetro de mi momento.
No existe nada más en este lugar, e insaciable, me repito que solo quiero estar aquí, conmigo, mis manos, el agua, la espuma, y mis deseos.
No me doy tregua y la imaginación comienza a dar rienda suelta, me falta aire con tanta exhalación...
Puedo imaginarme al sol espiándome por la ventana, pues ya sus halos de luz, inquietos, comienzan a entrar por ella cuando casi no tengo voz... No necesito hablar... 
Imagino plumas, algo de charol, cuerdas y más manos... Con las mías no tengo suficiente.
La luna ya desaparecida me guarda los secretos que pretendo, y el olor a una mañana intensa, me auguran el comienzo de un día diferente...
Calmadas mis intenciones, quito el tapón de mis aguas, y mientras éstas van desapareciendo, mis ansias de placer, se van con ellas... Puro placer matutino, puro embriague de mí misma.
Feliz despertar...

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