Magia tienen las diferentes culturas. Mágico es poder abrazar a alguien que nació a miles de kilómetros, que tuvo una vida absolutamente diferente, y que, por un punto de inflexión, aparece en tu vida, como si el destino lo hiciera a propósito, y todo encajara a la perfección.
Perfecto es sentir el aliento de esa persona dentro de tus pulmones, y componer una canción con el latir de ambos corazones.
Mágico es dialogar como si se conocieran de toda la vida, habiendo pasado apenas unas horas desde el primer encuentro.
Increíble es temblar entre sus brazos, a sabiendas de que cabe la posibilidad de no volver a hacerlo.
La vida es mágica...
Una noche cualquiera puede llegar a convertirse en la más placentera de las noches, y las feromonas pueden embriagarte hasta hacerte sentir fuera de tu cuerpo. Y perderte dentro de tu alma...
Asombroso es mirar a los ojos y que sobren las palabras. Que todo tenga el sentido especial de vivir el momento.
Fulminantes son las noches inacabables, donde el tiempo se detiene, las horas se congelan, y el sueno desaparece, a pesar del cansancio del trabajo acumulado en la espalda.
Naturales y conscientes son las despedidas con largos abrazos interminables. Y la felicidad, cual cucharada de miel, a la par que la adelantada nostalgia.
Mágica es la vida que pone en nuestro camino sucesos y experiencias enriquecedoras y que aportan la felicidad que no dejamos de buscar insaciablemente. Porque si dejáramos de hacerlo, si no la buscásemos en constancia, entonces estaríamos vivos y sin vivir!
No hay comentarios:
Publicar un comentario