Tormentas internas es el pan de cada día... Y tal y como en el día a día, nosotros las tenemos internas, y pueden reflejarse físicamente.
Inconformismo con uno mismo, puede ser la madre de los hijos de los truenos que desembocan en tu garganta.
El calor de la impotencia por saber que lo que quieres no se dará, por circunstancias o simplemente porque la vida no lo eligió para tí...
Caminos que son diferentes de los que desearías caminar... Y la tormenta interna se desata.
Ella no tiene porqué ser desde el enfado. Puede provenir de la frustración, de la tristeza, de la impotencia... De multiples sentimientos.
Tratar de disfrutar de ella, porque es algo natural... Y saber que pasa... Todo pasa, sobre todo cuando viene desde el interior de uno.
Mi tormenta me acusa de no tener en ocasiones, todo lo que quisiera... Y no refiriéndose a cosas materiales, si no más bien, a estados naturales, y poder compartir ciertas apetencias con determinada gente... Y es que el corazón es el que manda, el que nos hace vibrar, y el nos hace trasnochar... Y cuando no le agradamos en todo, nos acumula rayos y truenos, convirtiendo todo lo interno en una tormenta más que tropical!
Quiero seguir compartiéndome a mí misma, y aunque en tormenta, disfrutar de todo lo que sea capaz de sentir... Siempre que venga algo desde el egoísmo, desecharlo, para que esa tormenta, se vaya convirtiendo en una leve lluvia, y finalmente el sol salga resplandeciente... Porque es eso lo que sucede! que la tormenta es, se convierte, porque viene creada desde el mismo egoísmo...
Soltando el egoísmo, recogiendo el sufrimiento que ésta te crea, puedes disfrutar hasta de los días más lluviosos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario