martes, 8 de noviembre de 2011

LA CALMA



Por fin llegó esa calma que pedía ayer, y aunque he de reconocer que me costó un poco más de lo normal, conseguí lo codiciado por mi corazón, estar en calma y estar tranquila, disfrutando de mi día...

Me pedí a mí misma, a mi espíritu, poner los pensamientos en su sitio, y reconocer lo que ya sé y lo que quiero seguir aprendiendo. Y así mismo me lo otorgué. En este caso con algo más de esfuerzo. Supongo que porque estoy pasando un momento difícil, pero no terrible. Es sólo que se me olvidó mirar las cosas de la manera que debe hacerse, nada más que eso. Pero la amnesia de cómo quiero sentir y comportarme, se disipó, gracias.

Ahora que mi propia calma a regresado a mi vida, quiero poner en orden las cosas que desorganicé durante estos días atrás, y establecer mi nueva conducta hacia las cosas que pienso.

Por lo visto me dejé vencer, por mi misma, y eso es algo que detesto en mí, y quiero cambiar. No es algo que sea horrible, pero si existe algo con lo que no estás conforme, hay que tratar de verlo desde otro ángulo, y así lo estoy haciendo... Poniendo en la lista de compromisos conmigo, lo que es mejor para mí.

Esta manana temprano, me dediqué a ver qué es lo que me alegra el corazón, las cosas que me llenan, y que sólo yo puedo hacer por mí. Y son tantas que me sorprendí! Y me gustó, me tranquilizó saber de nuevo que la felicidad, la calma que tanto ansío, no está fuera, si no en mi interior, en mi mente, en mis propios pensamientos... Esto no es una novedad, yo lo sé desde hace mucho... Sólo que no me hago caso porque hay ciertas situaciones que me superan. Sólo tengo que esperar a calmarme y a llegar a ese punto de equilibrio donde el punto de inflexión entre mis nervios y mi apaciguamiento quieran reconciliarse. Nada más que eso.

Aprendiendo a ser paciente conmigo misma, para no dejarme llevar por cosas sin sentido.

Y busco la calma constante, donde la vida me pone en mi lugar, que es el paraíso.

La calma llegó, y con ella las ganas, esas que querían disiparse y que no adoptaron tanta fuerza, porque más fuertes son las ganas de ser feliz constantemente... Así sea!


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